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Estrasburgo amaneció hoy semidesierta y espectral tras el atentado de anoche que dejó tres muertos y 11 heridos, al menos cinco de ellos de gravedad, mientras el atacante aún huye de la policía.
El fiscal de París Remi Heitz, lamentó "el deceso de dos personas y una tercera que está en situación de muerte cerebral" y agregó que el agresor -identificado como el ciudadano francés Cherif Chekatt- gritó "Alá Akbar" al disparar.
El hombre, que tiene un historial de 25 delitos cometidos en Francia, Suiza y Alemania, aún no fue detenido y huyó "tomando como rehén a un taxista". El conductor contó que durante el trayecto Chekatt "pronunciaba frases donde justificaba lo que había hecho".
Checkatt está fichado con la letra S de los radicalizados en riesgo, y fue condenado 20 veces por delitos menores, informó Le Figaro.
El hombre estuvo preso en Alemania por robo y fue deportado a Francia, dijo una vocera de la policía alemana.
Aparentemente el atacante está herido en el brazo, según las informaciones reunidas por el periodista de Le Figaro Christophe Cornevin. El hombre tiene 29 años y es buscado durante su fuga por un equipo de 420 agentes entre fuerzas de intervención, antiterrorismo y científica.
Las autoridades franceses hallaron material explosivo en la casa del atacante, dijo Stephane Morisse, miembro del sindicato de policía FGP.
El hallazgo fue realizado durante un allanamiento de la casa pocas horas antes del atentado, ya que las fuerzas del orden -dijo Morisse sin dar mayores detalles- habían ido a la casa para detener al hombre.
La primera de las víctimas identificadas es un turista tailandés de 45 años, cuya esposa, también tailandesa, resultó herida. Entre los heridos se identificó también a Antonio Megalizzi, un joven periodista italiano de la radio Europhonica.
El fiscal de París, Remy Heitz, habló del "terrorismo que golpeó de nuevo nuestro territorio" y confirmó que hay cuatro personas del entorno del agresor bajo detención.
La Plaza Kleber, el corazón de las fiestas navideñas en Estrasburgo, es una extensión vacía que los pocos transeúntes atraviesan a toda prisa, mientras la policía custodia los lugares del ataque.
En el cruce entre Rue du Saumon y Rue des Francs-Bourgeois todavía hay sangre en el piso y no se puede pasar: "Está todo sellado para tomar las pruebas del caso", explicó un policía a ANSA.
En uno de los pocos bares-panadería abiertos de la Grand Rue, la gente habla de lo ocurrido ayer: "Es raro venir al trabajo -dije la barista- ¿pero qué podemos hacer? Hay que seguir adelante".
"Es un shock, nuestra ciudad se despierta con el gusto a sangre en la boca", dijo el vicealcalde de Estrasburgo, Alain Fontanel, a France Info.
"Frente al horror una sola respuesta: la unidad de la nación.
Condolencias a las víctimas y a sus familias, gratitud a las fuerzas del orden y a nuestros equipos de auxilio que aún trabajan", dijo el vocero del gobierno, Benjamin Griveaux.
"No se excluye que el atacante haya dejado el territorio" de Francia, dijo el secretario de Estado para el Interior, Laurent Nuñez, entrevistado por France Inter.
Nuñez se dijo "indignado" por los rumores que circulan en Internet según los cuales el atentado fue organizado para sabotear la protesta de los "chalecos amarillos".
"Estoy francamente indignado. ¿Pero cómo se pueden decir cosas semejantes? Está claro que son teorías de complot", dijo el funcionario.
Francia no activará el estado de emergencia tras el atentado, dijo la ministra de Justicia Nicole Belloubet. Se considera una medida excepcional que sí se activó en la noche del Bataclan, el 13 de noviembre de 2015, y permaneció vigente durante dos años hasta octubre de 2017.